Al tomarte una foto siempre tratas de salir lo mejor posible. Levantas la cabeza, mejoras las poses, sonríes de mil maneras, pero luego te das cuenta que no ha quedado nada bien como pensabas sales con los ojos rojos, ese molesto efecto que te hace parecer parte de una película de terror ¿Te has preguntado a que se debe?
Este efecto ocurre gracias al flash, este se utiliza cuando no hay luz suficiente, haciendo que nuestras pupilas se dilaten con objeto de dejar pasar más luz y que nuestra visión sea mejor.El relámpago del flash entra directo hasta el fondo del ojo,
chocando allí con los vasos sanguíneos que irrigan la retina, éstos reflejan la
luz que rebota y hacen que pase de ser blanca a roja. Para que este fenómeno
suceda la luz del flash debe ser frontal y estar a poca distancia, suele darse
más habitualmente en ojos claros, ya que los ojos oscuros tienen más pigmentos
en el fondo que permiten una mayor absorción de la luz y atenúan el reflejo.
Con
objeto de evitar este molesto efecto en algunas cámaras el flash parpadea
levemente antes de lanzar el fogonazo final, permitiendo así que el ojo se
adapte a un ambiente con más luz y contraiga la pupila, aunque a veces es peor
el remedio que la enfermedad ya que tanto destello resulta molesto para el ojo
o acabar saliendo con los ojos cerrados.
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